Quiero tomar fotografías, pero no tengo ninguna cámara, así que congelaré todo con palabras, lo pintaré con tinta escrita. Mi paisaje favorito son los preciosos ojos café que te gastas, así que te pregunto, querida musa, ¿puedo hacerte eterna con mis letras? ¿Me permites fotografiar todas las cimas del mundo que alcancemos con no fotografías y una cámara, sino con el caleidoscopio propio de un tontuelo enamorado, arte poético y mucho amor?

Por favor, te lo suplico, dime que sí: estoy desesperado por armonizarte en papel, por susurrarte todas las melodías que me despiertas en el pecho y dejarlas sobre un lienzo tan permanente que tú también pases a ser para siempre.