El protagonista es un niño parlanchín y muy curioso llamado David, al que le gusta observar todo lo que le rodea.
Cada cosa tiene su color y eso le ayuda a diferenciarlas y a maravillarse de lo hermoso que es el mundo en el que vive.
Rojo, azul, amarillo o marrón son algunos de los colores que forman parte de su rutina.