Este libro no es solo el testimonio en primera persona, y en carne viva, de la madre de un niño con síndrome de Asperger. Es el relato crudo y honesto de una mujer en estado de alerta, con ojo clínico y capacidad sin igual para percibir la esencia humana. Julia Moret empezó a escribir estas páginas sin saber que se convertirían en un libro. Tomó nota de cada una de las situaciones que vivió su hijo día a día, en casa, en el jardín, en la escuela. Lo hizo en esos espacios mínimos que encuentra una mujer que trabaja muchas horas pero que no por eso descuida las responsabilidades familiares: en los almuerzos, en bares, cinco minutos antes de ir al gimnasio y cuando todos duermen, de madrugada. Julia nos cuenta sobre su hijo desde antes del diagnóstico, pasando por todas las angustias imaginables, hasta hoy que tiene 7 años. No pretende enseñar nada aunque muestra todo: al leer estas páginas llegamos a conocer a Lucas en profundidad, a su hermana y su papá, y vivimos en carne propia el esfuerzo de esta mamá por darle una vida digna, desprovista de rótulos, a su hijo. Y lo hace sin caer jamás en el lugar de la víctima.