"Destellos hacia la consciencia" es una parábola a la necesidad del despertar (a manera de "Juan Salvador Gaviota" o de "El caballero de la armadura oxidada"). Sin ser de un contenido esotérico, pretende adentrar en la alquimia del espíritu. El lenguaje es sencillo, ágil, directo, evitando ser un tostón de consejos y recomendaciones; por ello utiliza la magia del lenguaje de los dibujos (uno cada siete páginas), ejemplos, citas... para, de una manera sutil, llevar a la paradoja, a la imaginación y abrirse a la consciencia de un aprendizaje necesario. (Está presente la intención didáctica de enseñar, para llegar a comprender). Intenta ser algo diferente, entre la fantasía de la imaginación y el de un manual para el despertar de la consciencia. De ahí el título "Destellos hacia la consciencia". Es un libro pensado para masticar lentamente, para saborear, para avivar las llamas del espíritu que sueña y teme el despertar. Las 126 páginas de que consta son parte de la intención didáctica: no ser un libro que resulte pesado, difícil de digerir, complicado de etiquetar. Las paradojas, a las que la narración lleva, son el reto y en todo momento busca arrastrar a la reflexión, aún a sabiendas de que el despertar provoca rechazo. Es un libro pensado para el espíritu inquieto del que sabe que necesita saber y busca.