Yo soy el Pinto es una obra de ficción inspirada en hechos reales, cuyo objetivo es hacerle un llamado a la comunidad científica sobre la necesidad de reconsiderar los cimientos de las disciplinas que estudian la conducta del ser humano. El propio padre del psicoanálisis Freud fue víctima de una adicción que no pudo superar al punto que le costó la vida. Muchos desconocen que toda adicción, esta precedida de una serie de desórdenes mentales y que para esa cadena de procesos psíquicos anárquicos, su último eslabón es la ingesta de sustancia alucinógena. Hoy los sistemas educativos, se afanan a enseñarnos a investigar nuestro mundo exterior y para ellos han estructurado una vasta variedad de ciencias, pero a todas luces muestran una evidente ineficacia para como instruir al individuo, a que conozca y comprenda como funciona su estructura cerebral. De qué manera eliminar las causas que generan las adicciones, que actualmente han permeado sin exención, a todas las clases sociales. Y evitar el retorno ante una recaída. Quiero dedicárselo a la memoria de mi hermano Justo Ortega Piñera, quien fuera víctima de este flagelo, que hoy está afectando a tantas personas en el mundo.