Cuando todo era para siempre

ebook

By Federico Traeger

cover image of Cuando todo era para siempre

Sign up to save your library

With an OverDrive account, you can save your favorite libraries for at-a-glance information about availability. Find out more about OverDrive accounts.

   Not today
Libby_app_icon.svg

Find this title in Libby, the library reading app by OverDrive.

app-store-button-en.svg play-store-badge-en.svg
LibbyDevices.png

Search for a digital library with this title

Title found at these libraries:

Loading...

México, finales de los setenta. Familia clasemediera recibe una herencia billonaria pero con una condición: convertirse en aristócratas.

Una historia de delirio e inusitadas sorpresas, por el autor de Amores adúlteros y Haz el amor y no la cama.

"¡Heredamos billones! Papá se compró un circo y un equipo de futbol. Mamá adquirió un viñedo en Burdeos, con todo y sommelier. Mi hermano se convirtió en un exitoso director de cinema vérité. Yo produje las canciones de mi novia en los estudios Abbey Road. Tante Gerta y Tante Greta nos lo heredaron todo, ¡todo! Y así, en la enorme alberca del hotel La Momounia, en Marrakech, llegamos a la patriótica conclusión de que el mercado de Sonora le da diez y las malas a su famoso zoco."

"Más allá de recibir, merecíamos; somos, a mucha honra, los herederos naturales de un imperio llamado Nosotros.

Fluimos en una dimensión monárquica. Mandamos hacer un palacio con lago, flamencos, gacelas y hasta un león, y ordenamos erigir nuestro propio coliseo romano... en aquel entonces, cuando refulgía el asombro en nuestra mirada, cuando había John Lennon en el mundo, cuando todo era para siempre."

Esta novela luce un humor satírico e irreverente. El trasfondo es el México de fines de los años setenta. Los protagonistas reciben una inconmensurable herencia, pero con una condición: refinarse y europeizarse. En una atmósfera de excesos, nacadas, desplantes de prepotencia e inevitables ridiculeces, la escritura adictiva de Federico Traeger nos lleva hasta donde solo los césares llegaron.

Cuando todo era para siempre