En la familia todos tenemos algo de artista, excepto mi padre, que fue banquero, platica la bailarina para iniciar a contarnos su vida. Nuestra madre siempre se ha dedicado a la música y da clases de piano. Dora y yo somos bailarinas. Raymond y Augustín, nuestros hermanos, prefieren la música y el teatro. Nuestro padre nos abandonó cuando Dora era apenas una bebé. Vivíamos de las clases de piano de mi madre y de las clases de baile que Dora y yo impartíamos. Incluso organizábamos funciones en las que Dora bailaba mientras mi madre interpretaba algo al piano; luego yo recitaba algunos poemas y Raymond cerraba con una pequeña charla sobre los griegos o sobre la danza. Somos el clan Duncan, los artista Duncan, y en las páginas de este libro conoceremos en especial el talento para la danza desarrollado por la que es considerada la creadora de la danza moderna.