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José Eusebio Caro perteneció a la generación posterior a la Independencia. Como periodista, redactó El Granadino, fundó La Estrella Nacional con José Joaquín Ortiz y La Civilización con Mariano Ospina, y fue colaborador de El Amigo del Pueblo, El Águila de Júpiter, El Conservador, La República y El Nacional. En todos estos periódicos siempre sobresalió por su pluma ágil, sobria, vigorosa y polémica. Caro fue un crítico y ensayista profundo, con un amplio conocimiento del lenguaje que le permitía ser castizo y exigente en el uso de las palabras.
Pero José Eusebio Caro no sólo fue poeta y filósofo, sino también hombre de ciencia, si se toman como tales sus estudios sobre la naturaleza, que dejó incompletos. En cuanto al político, sus artículos en El Granadino y La Civilización son ejemplo de la mejor literatura política del siglo pasado, acerba y despiadada. Ésta fue la causante de que su vida finalizara en tragedia, pero fue la mejor prosa que escribió.
Gran parte de la obra de Caro permaneció inédita mucho tiempo después de la muerte del autor. En 1883, los redactores de El Tradicionista, periódico fundado por su hijo Miguel Antonio, quien sería después vicepresidente de la República, se dieron a la tarea de ordenar la producción de Caro y la titularon Obras escogidas en prosa y verso. Esta recopilación se volvió a editar en 1951, como un homenaje de la Biblioteca Popular de Cultura Colombiana, pero con el título Antología, versos y prosas. A su vez, el Ministerio de Educación, a través de su Extensión Cultural, publicó en 1953 el epistolario del poeta y en 1954, sus Escritos filosóficos.
En esta obra Caro fue excesivo en su ambición de abarcar una visión cosmológica y cosmogónica de la filosofía, lo cual sumado a su corta y agitada vida no le permitió completar gran cantidad de apartados que quedaron tan sólo como esbozos. Se puede notar por el contenido de la obra un conocimiento de las escuelas filosóficas francesa e inglesa, incluso de un contemporáneo suyo como Bentham (1748-1832), mientras que parecía desconocer la filosofía alemana, incluso de los filósofos de la generación previa como Fichte y Kant o de su contemporáneo Hegel, detalle que puede revelarnos la falta de material bibliográfico alemán en Colombia (en traducciones o en el idioma original), junto al desconocimiento, por parte de los intelectuales de aquélla época, de idiomas extranjeros diferentes al inglés, el francés y el italiano.
Pasaron casi cien años para que la obra de Caro tomara la forma de libro y dejara de ser condenada a los archivos periodísticos de consulta restringida. Pero quizás el mayor tributo que se le ha ofrecido a este poeta, para la interpretación de su obra, fue el estudio titulado La poesía de José Eusebio Caro, del profesor puertorriqueño José Luis Martín, que el Instituto Caro y Cuervo publicó en 1966.
Pero José Eusebio Caro no sólo fue poeta y filósofo, sino también hombre de ciencia, si se toman como tales sus estudios sobre la naturaleza, que dejó incompletos. En cuanto al político, sus artículos en El Granadino y La Civilización son ejemplo de la mejor literatura política del siglo pasado, acerba y despiadada. Ésta fue la causante de que su vida finalizara en tragedia, pero fue la mejor prosa que escribió.
Gran parte de la obra de Caro permaneció inédita mucho tiempo después de la muerte del autor. En 1883, los redactores de El Tradicionista, periódico fundado por su hijo Miguel Antonio, quien sería después vicepresidente de la República, se dieron a la tarea de ordenar la producción de Caro y la titularon Obras escogidas en prosa y verso. Esta recopilación se volvió a editar en 1951, como un homenaje de la Biblioteca Popular de Cultura Colombiana, pero con el título Antología, versos y prosas. A su vez, el Ministerio de Educación, a través de su Extensión Cultural, publicó en 1953 el epistolario del poeta y en 1954, sus Escritos filosóficos.
En esta obra Caro fue excesivo en su ambición de abarcar una visión cosmológica y cosmogónica de la filosofía, lo cual sumado a su corta y agitada vida no le permitió completar gran cantidad de apartados que quedaron tan sólo como esbozos. Se puede notar por el contenido de la obra un conocimiento de las escuelas filosóficas francesa e inglesa, incluso de un contemporáneo suyo como Bentham (1748-1832), mientras que parecía desconocer la filosofía alemana, incluso de los filósofos de la generación previa como Fichte y Kant o de su contemporáneo Hegel, detalle que puede revelarnos la falta de material bibliográfico alemán en Colombia (en traducciones o en el idioma original), junto al desconocimiento, por parte de los intelectuales de aquélla época, de idiomas extranjeros diferentes al inglés, el francés y el italiano.
Pasaron casi cien años para que la obra de Caro tomara la forma de libro y dejara de ser condenada a los archivos periodísticos de consulta restringida. Pero quizás el mayor tributo que se le ha ofrecido a este poeta, para la interpretación de su obra, fue el estudio titulado La poesía de José Eusebio Caro, del profesor puertorriqueño José Luis Martín, que el Instituto Caro y Cuervo publicó en 1966.