Construimos el sendero trabajando en nuestro laboratorio secreto, particular y privado. Tenemos el deber de la auto-realización intima del Ser. Somos águilas de luz volando hacia nuestra propia divinidad.
Necesitamos la meditación diaria para alcanzar la comprensión de lo que realmente somos. Meditar es mascar el universo con la consciencia. En las entrañas de nuestro subconsciente está el imperio del ego; conquistarlo es urgente si queremos trazar victoriosos el sendero del despertar divino.