Tras los muros muestra los negocios increíbles que se producen en las cárceles argentinas, donde todo tiene precio. Las historias que Luis Beldi cuenta de manera descarnada develan cómo se soborna a los guardias o a los directores para comprar fugas; cuánto cuesta la buena conducta, una calificación que permite al detenido ir a una prisión de baja seguridad para escaparse o para salir a robar y volver a prisión. Cómo son las estadías en las celdas vip de los barrabravas a partir de sus relaciones con intendentes, ministros, jueces, fiscales y dirigentes, en un fiel reflejo de los manejos ocultos del poder. Y cómo los jefes de las barras de Gimnasia y Esgrima y Estudiantes de la Plata y los de Boca Juniors fueron alojados en un pabellón preferencial junto con el Rey de la Efedrina, Andrés Segovia, mientras el ministro de Justicia y los jugadores del club los visitaban con asiduidad. El autor relata en detalle el auge y la caída de un grupo especial del Servicio Penitenciario Bonaerense para recapturar prófugos. En dos años este grupo, que contaba con los mejores oficiales de inteligencia y expertos en comunicación, atrapó a doscientos cincuenta y tres evadidos. La venta de drogas, el negocio de los celulares, los lanzadores de pelotas de tenis con drogas a través de los muros, lo que sucede en los baños de los bares que están frente a las cárceles y la revolución sexual que no se detuvo hasta que los presos pudieron tener relaciones con sus parejas en habitaciones son parte de esta investigación exhaustiva y electrizante. También figura la increíble historia de Víctor Hortel, que se disfrazó de Spiderman y que finalmente tuvo que renunciar cuando se fugaron treces presos de la cárcel de máxima seguridad de Ezeiza. Luis Beldi ha escrito un libro escalofriante, que revela sin miramientos un estado de cosas a todas luces perverso que se prolonga en el tiempo, una historia de locura y corrupción.