Estos pensamientos se basan en la "filosofía" del budismo zen y en la práctica de la meditación cotidiana. Pero no hay que tomárselos totalmente en serio, pues no forman parte de ningún dogma. Pueden ser parte de una filosofía de vida, de una forma de actuar para hacer de ella un camino más simple y consciente. La meditación es la esencia de este camino, pero no lo es todo. Es tan sólo un vehículo, un método. Hay mucho más por hacerse en la vida, más allá de la meditación. Estos pensamientos pueden servir de base para la meditación intelectual e incluso sentimental. Si se convierten en acciones de la vida cotidiana, entonces sí, se estará transitando por el camino.