Un libro que todos necesitamos, donde cada historia es un abrazo, y el libro entero es un abrazo largo. En forma de libro, sí, pero es un libro que se siente como un abrazo que dura desde que comienza hasta que termina. Un libro que te hace sentir bien, que te abriga, y el sentirte bien comienza con la primera palabra, pero no termina con la última. Por que sentirte bien no es solamente sonreír al leer las familiaridades. Te sientes bien también cuando te obligas a pensar, a re pensar, a cuestionarte. Te sientes bien cuando te das cuenta que no eres la única persona a quien le suceden ese tipo de cosas, y encuentras que tienes varias herramientas que te sirven no solo para levantarte el ánimo, sino también para sobrellevar lo que te está sucediendo, o comprender lo que ya te sucedió. El abrazo largo es una caricia que te resetea. El abrazo largo es un libro, sí, pero es también la forma más segura para sentirte bien, contenido/a, comprendido/a y, por qué no, con ganas de llevarte la vida por delante. Mis personajes no son héroes ni heroínas, no previenen catástrofes, no se enfrentan a villanos que quieren destruirlo todo, no salvan vidas ni arreglan el mundo. O tal vez si lo salvan, pero en el micromundo que les tocó vivir. Son personas como nosotros, y por eso creo que se van a sentir identificados con más de uno, o con más de una historia. Y, si mi objetivo se cumple, leerán una historia cada noche y se dormirán con una sonrisa. Y al siguiente dia escribirán un buen review en Amazon.