Un mediador con fama de chico malo y una detective deslumbrante pueden trabajar juntos desde lados opuestos de la ley... o eso dicen.
Soy un mediador agotado que necesita un descanso. Cuando me piden que cuide a un gato en Coal Springs, acepto sin dudarlo: unos días aburridos suenan perfectos.
Excepto que el descanso es un espejismo, y el aburrimiento no tiene cabida. O al menos no cuando entro a la tienda de conveniencia y me encuentro con una mujer imparable, adicta a la cafeína y con una determinación feroz, capaz de darle baja a un ladrón armado por sí sola.
Ahora tengo una nueva obsesión: ella. Y cuando descubro que es agente del FBI, no puedo evitar soltar una carcajada. Yo rompo las reglas y ella las hace cumplir.
Por lo que sé, su presencia aquí podría estar limitada a investigarme a mí y a mi amigo sicario, y aunque debería mantenerme al margen, no puedo. Es audaz, descarada y me saca de mis casillas. Está sembrando el caos por toda la ciudad, poniendo en peligro su seguridad... y mi cordura.
Creí conocer mi mayor amenaza. No es un pueblo lleno de mujeres indomables encantadas de que, por ahora, dirija una librería de romance. Tampoco son los misteriosos dueños de la tienda de encurtidos. Es Fiona. Y no estoy seguro de que alguno de los dos salga con vida de Coal Springs.
¿Puede el villano enamorarse de la heroína y... vivir para contarlo?