Ella pensó que la perfección la protegería. Se equivocó.

La vida de Emmy en la prestigiosa Compañía de Ballet de Richmond se basa en el control: cada movimiento preciso, cada rutina impecable. Pero cuando aparecen regalos misteriosos en su bolso de baile y mensajes anónimos inundan sus redes sociales, su mundo cuidadosamente organizado comienza a desmoronarse.

Alguien la observa. Alguien la espera. Alguien conoce cada uno de sus movimientos.

Marcus parece inofensivo, solo un hombre mayor que ofrece consejos amistosos en la cafetería local. Pero su conocimiento íntimo de la agenda de Emmy le da escalofríos. Cuando descubre pruebas de que alguien ha estado dentro de su apartamento, tocando sus pertenencias y merodeando por sus espacios privados, Emmy se da cuenta de que se ha convertido en la obsesión de un peligroso depredador.

Tres órdenes de alejamiento. Una mujer desaparecida. Ninguna vía de escape.

La detective Sarah Chen descubre el horripilante patrón de Marcus: Emmy no es su primera víctima. Pero a medida que la guerra psicológica se intensifica y Marcus ataca a todos en quienes Emmy confía, ella se enfrenta a una decisión imposible: abandonar sus sueños o convertirse en su próxima víctima.

El estudio de baile que una vez fue su santuario se convierte en su prisión.

En un juego mortal del gato y el ratón, Emmy debe usar todas sus habilidades para sobrevivir. Pero cuando descubre que Marcus tiene un cómplice dentro de la compañía de ballet, alguien en quien confía, Emmy se da cuenta de que los depredadores más peligrosos son los que se esconden a plena vista.

Algunas actuaciones son una cuestión de vida o muerte.

Un thriller psicológico escalofriante que te hará revisar tus cerraduras dos veces.