¿Qué ocurre cuando un necromante serio y un repartidor de pizza irremediablemente optimista se cruzan en medio de un ritual funerario que termina... bailando?

Mateo Vidál tiene su vida perfectamente organizada: flores para los muertos, charlas con espíritus y una ética profesional impecable que incluye no enamorarse de clientes. Ni de repartidores. Sobre todo si son ruidosos, demasiado guapos y encuentran la necromancia fascinante.

Luis Martínez solo quería entregar una pizza hawaiana. No esperaba ver a un muerto haciendo moonwalk, ni sentirse irremediablemente atraído por el florista pálido que habla con los difuntos. Y mucho menos ofrecerse a trabajar en una funeraria.

Entre zombis bailarines, gatos que dejan notas misteriosas y una rival que roba almas, Mateo y Luis descubrirán que ni la muerte ni las propias reglas pueden frenar la atracción entre ellos.

Ideal para fans de T.J. Klune, Alison Cochrun y Casey McQuiston que buscan una dosis extra de picante sobrenatural.