Nico

Tenía que mantenerme centrado. En mis pacientes, en expandir mi negocio... No en Laura.

Cada día era una batalla para mí. Era su jefe. No podía actuar siguiendo mi atracción hacia ella. Pero todo lo que hacía para cuidar de nuestros pacientes me hacía desearla más. Su amabilidad, compasión y risa hacían que sus días oscuros fueran un poco más luminosos.

Mi única opción era mantener las distancias. Lo cual era más fácil cuando estaba enfadada conmigo. Se me daba bien conseguirlo. Quizás demasiado bien. En lugar de entusiasmarse hablando de otros hombres con los que salía, se cerraba cuando yo estaba cerca.

Era mejor así. Era lo que necesitaba.

Pero seguía deseándola.

Laura

Había dejado de esperar a que Nico me viera como algo más que su empleada. Tenía que seguir adelante. Encontrar a alguien que me viera como merecía. Alguien que quisiera compartir conmigo algo más que un lugar de trabajo. Nuestros pacientes morían con sus arrepentimientos. Yo no podía seguir viviendo con los míos.

En cuanto empecé a salir con otros hombres, Nico se puso celoso. Dijo que me deseaba. Que quería ser algo más para mí. No era tan fácil. Tendría que esforzarse. Un beso, una caricia y una palabra derrite-bragas cada vez.