¿No es más que una apuesta... verdad?

Blake:
Todo empezó con una apuesta inofensiva.
Estaba aburrida, y allí estaba él—Luca Wright, el chico nuevo en la ciudad y la única otra persona en el restaurante.
Así que le reté a una carrera: ¿quién podría terminar su comida primero?
Gané, él pagó mi comida, y a partir de ahí, apostamos por casi todo—quién acababa la excursión primero, quién preparaba la mejor comida, quién metía más malvaviscos en la boca.
Siempre ha sido una competición divertida entre nosotros, pero esta última apuesta se siente diferente, como si las consecuencias fueran mayores, y no estoy segura de estar preparada para lo que viene después.

Luca:
Desde el momento en que Blake se sentó frente a mí con esa sonrisa traviesa, quedé enganchado.
Cada apuesta, cada reto ha sido una excusa para estar cerca de ella, aunque ella solo me ve como su mejor amigo.
Pero cuando Blake lanza su última apuesta—quién puede planear la mejor primera cita—sé que es mi oportunidad.
Esto es más que un juego.
​​​​​​​Es mi oportunidad de demostrarle que la mejor cita y el mejor chico siempre seré yo.