¿Alguna vez te has preguntado por qué, a pesar de amar a Dios, sigues atrapado en los mismos hábitos?

Existe una brecha dolorosa entre la persona que anhelamos ser y las acciones que, a veces, terminamos realizando. Esta no es una simple falta de disciplina; es el efecto de las "obras de la carne", impulsos que erosionan nuestra paz, fracturan nuestras relaciones y nos dejan con una profunda sensación de vacío y frustración. Su poder devastador puede convencernos de que estamos destinados a vivir en un ciclo sin fin de derrota.

Pero, ¿y si la clave para la libertad no fuera luchar con más fuerza, sino cultivar un poder superior?

Dios nos ofrece una respuesta viva y transformadora: el fruto del Espíritu. El amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la mansedumbre y el dominio propio no son virtudes lejanas, sino la cosecha que brota cuando aprendemos a nutrir la vida de Dios en nosotros. Son las herramientas divinas diseñadas para sanar, restaurar y construir donde la carne solo sabe destruir.

En Vence a la carne con el fruto del espíritu, descubrirás que el llamado más que una batalla de desgaste, se parece a un proceso de cultivo espiritual.

Este libro te guiará para:

Es hora de dejar de luchar en tus propias fuerzas. Es hora de cultivar el fruto que te hará libre.

Añade tu copia a la cesta y comienza a sembrar para el Espíritu para cosechar una vida de verdadera victoria.