Un hombre busca reencontrarse con su historia, avanza entre fragmentos de cartas, fotografías, reconoce lugares y antiguas sombras que vuelven a ser personas. La figura del padre se extiende entre sus recuerdos y la historia del país que lo recibe. Así, no sólo busca sino que también se encuentra, aun cuando sea su reflejo en un espejo trizado. En esta novela se despliega el conmovedor quiebre vivido en la sociedad chilena en las últimas décadas y es un profundo descenso hacia aquellas zonas más oscuras de lo que no hemos querido ver ni decir: los fantasmas que nos habitan, la memoria de los propios horrores, de las insondables cobardías, el imperioso intento por saber, luego de todo lo transcurrido, quiénes somos, más que quienes hemos sido.