Esta obra no es simplemente un compendio de investigaciones; es una invitación a reflexionar sobre la educación desde una perspectiva transformadora, donde la tecnología y la inclusión se convierten en ejes articuladores de un cambio profundo. En sus páginas se plantea una visión ambiciosa pero necesaria: la educación como un espacio donde convergen las posibilidades tecnológicas y las necesidades humanas, en el que todos tengan cabida y se fomente una sociedad más justa y participativa. El corazón de este libro es la inclusión, entendida no solo como un ideal ético, sino como un imperativo social y cultural. En un mundo marcado por desigualdades de acceso, participación y aprendizaje, la inclusión se configura como una tarea ineludible. No se trata únicamente de garantizar que las personas con diferentes necesidades puedan acceder a la educación, sino de transformar los entornos educativos en espacios que reconozcan y valoren la diversidad como un elemento esencial de la experiencia humana. Esta visión requiere estrategias concretas y un compromiso decidido para superar barreras estructurales, sociales y culturales que perpetúan la exclusión.