La proliferación actual de información falsa y engañosa a través de los oscuros medios de comunicación en todas las sociedades del mundo, el creciente ateísmo y el rechazo de Dios y su perfecta voluntad, junto con la consiguiente pérdida de auténticos valores morales, como los de la familia cristiana tradicional, están produciendo mucho sufrimiento y oscuridad intelectual, y un mayor peligro para muchas almas que siguen las mentiras de Satanás como camino para sus vidas, yendo como corderos sin voluntad alguna hacia el matadero, y creyendo que están ejerciendo así su libre albedrío.

Toda esta oscuridad se alimenta de la intemperancia de los pecados de la carne, nuestro orgullo y nuestra avaricia, todos ellos frutos podridos de Satanás que aún tienta a la humanidad, como la serpiente enrollada en el árbol, para que los comamos a diario.

Solo la luz de Cristo puede vencer toda esta oscuridad mediante la guía y protección de su Espíritu Santo en nuestros corazones.

Para lograrlo, necesitamos expiarnos en Jesucristo, viviendo según sus enseñanzas, recordando que, si continuamos viviendo en ceguera espiritual, pereceremos.