Montenegro sigue siendo un paraíso en la tierra, y uno de los pocos que aún quedan en la vieja Europa. Un paraíso natural con sus impresionantes montañas, infinitos bosques y bellos ríos que recorren su geografía. A todo ello hay que añadir una de las mejores costas, y bellas, donde poder disfrutar del mar Adriático con la tranquilidad que no existe en los países vecinos. Pero no todo es naturaleza, los amantes de la historia podrán encontrar una amplia oferta en uno de los países puente de civilizaciones a lo largo de los tiempos. Sin lugar a dudas, un destino que no dejará a nadie indiferente.