Tras chocar accidentalmente contra una máquina tragamonedas que él confunde con un dragón mecánico, Don Quijote de la Mancha es transportado —por arte de magia, según él— al reino más desquiciado y artificial del mundo moderno: Las Vegas.
Convencido de que ha llegado a una tierra maldita, gobernada por hechiceros del vicio y la ilusión, el caballero decide emprender una nueva cruzada para restaurar el honor, liberar a las almas perdidas, y destruir los encantamientos de luces parpadeantes y camareras disfrazadas de ángeles. A su lado: Sancho Panza, que solo quiere descubrir el buffet de mariscos y evitar que su amo le declare la guerra al Cirque du Soleil.
Don Quijote de Las Vegas es una parodia moderna y delirante que mezcla sátira cultural, humor existencial y un amor absurdo por la nobleza en tiempos sin propósito. Tan ridícula como fiel al espíritu del original —con más luces, más pecado, y menos molinos.