En el fragor de la guerra, descubrió que huir del pasado era correr hacia su destino, hacia el amor apasionado que siempre anheló Elisabeth Miller creyó que su presentación en sociedad marcaría el inicio de su felicidad, pero fue traicionada por un amor que nunca fue suyo. Con el corazón destrozado, huye desesperada por olvidar y acepta un matrimonio por poderes con William Tecumseh Cooper, hijo de un lord inglés y una india americana. Cruza el océano hacia Estados Unidos, una tierra desgarrada por la guerra civil donde la espera su esposo, que lucha por la libertad y la justicia. William le envía cartas desde el campo de batalla y, a través de ellas, aquel desconocido cobra vida en su corazón. Sus palabras la intrigan, la conmueven y, poco a poco, el anhelo de conocerlo la atrapa y en sus sueños su esencia cobra vida. Y durante los fríos días invernales de diciembre de 1864, la vida les da una tregua: el apuesto y valeroso capitán Cooper aparece y en solo unos días descubren que sus corazones laten al unísono, que el deseo es inevitable, que la piel arde ante cada contacto. Pero la guerra aún reclama al capitán. Separados por el deber, ella se pregunta si podrán construir un futuro juntos cuando todo a su alrededor se derrumba.