El presumir es una irradiación de la capacidad mental del hombre como lo son el presentir, el creer, el suponer o el saber. Todas estas expresiones tienen una doble significación: designan el resultado, pero también la función o actividad encaminada a ese resultado, como cuando distinguimos entre creer y el creer (en el sentido de creencia). La actividad un proceso interno, y no cabe hacer en él clasificaciones, pues constituye siempre algo inabordable; el movimiento de la razón yacente en el hombre. Lo único susceptible de una gradación, que del incierto presentir conduzca hasta el seguro saber, son los resultados de aquella actividad intelectual. Mas también los valores que así se obtengan son vacilantes, pues dependen de la manera de ser de cada individuo. El hombre serio y prudente no hace deducciones tan precipitadas como el sujeto ligero y amigo de fantasías; éste cree donde aquél solamente sospecha, y sospecha donde el otro no ve más que ideas vagas, alucinaciones o cosa semejante. De ahí que no exista una terminología precisa que distinga unas palabras de otras de tal modo que cada una tenga una órbita de aplicación indudable, y que el cambio de una de ellas por otra implique una falta de lenguaje y, por consiguiente, de lógica.