En el presente libro se reúnen un conjunto de trabajos en los que se pretende comprender en qué medida podemos afirmar que la apertura a la trascendencia es una dimensión constitutiva de la persona humana, en cuanto que ésta es punto de partida y punto de llegada de toda tarea en la que ella misma participa. No es posible comprender la especificidad de lo humano, su naturaleza o condición, sin aludir a su peculiar apertura a la trascendencia, manifiesta en lo más íntimo de nuestra humanidad, en nuestra finitud y en nuestra fragilidad constitutiva. Por ello, el modo de tratar aquí las relaciones entre la persona y la trascendencia se lleva a cabo desde una multiplicidad de puntos de vista que no se sobreponen, sino que se complementan. Así como podemos decir que la persona humana puede trascender hacia fuera y ganar y conquistar los aspectos de la realidad a través de actos intelectivos, o que puede por medio de sus acciones intervenir en el mundo, crear, actuar, etc., así también puede trascender en un sentido muy especial que consiste en el recogimiento de sí misma hacia su propia interioridad y en la búsqueda y encuentro con Dios.