A contrapelo

ebook

By Joris-Karl Huysmans

cover image of A contrapelo

Sign up to save your library

With an OverDrive account, you can save your favorite libraries for at-a-glance information about availability. Find out more about OverDrive accounts.

   Not today

Find this title in Libby, the library reading app by OverDrive.

Download Libby on the App Store Download Libby on Google Play

Search for a digital library with this title

Title found at these libraries:

Library Name Distance
Loading...
El duque Jean Floressas des Esseintes, último descendiente de una antiquísima familia de la aristocracia, cansado de París y de un mundo «mayormente compuesto por rufianes e imbéciles», vende su heredad, se hace con unas rentas comprando deuda del Estado y se retira en una casita en Fontenay-aux-Roses, «lejos del constante diluvio de estupidez humana». Tiene treinta años y ya se ha hartado de todo, incluso de sus propias extravagancias, como dar cenas «de duelo» con manteles negros y una orquesta que toca marchas fúnebres. En su nueva residencia solo aspira a la soledad, a vivir de noche con luz artificial, en compañía de su biblioteca de autores desdeñados de los últimos tiempos del Imperio romano, sus cuadros de Gustave Moreau y Odilon Relon, y un acuario con peces mecánicos. De la naturaleza ya solo piensa: «qué monótono almacén de praderas y árboles, ¡qué agencia banal de montañas y mares!». Cuando Joris-Karl Huysmans, hasta entonces seguidor de Zola, publicó en 1884 "A contrapelo", sorprendió y escandalizó a sus contemporáneos, que no comprendieron la nueva intensidad con que un escritor formado en el naturalismo afirmaba que el arte era superior a la vida y que las cosas debían parecer verdaderas pero, «por supuesto», no serlo. Pero, heredera del dandismo y de Baudelaire, no tardó en convertirse en lo que se dio en llamar «la Biblia del decadente». Ciertamente, la novela sacude aún hoy la imaginación: su creación de otros mundos excesivos es un durísimo asalto a las concepciones mezquinas de la realidad pero es de tal envergadura que no solo se define a contracorriente sino que acaba teniendo valor y sentido por sí misma.
A contrapelo