Gabriel (Adán) siempre había sido un hombre de gran sabiduría y fuerza de carácter. Líder nato, parecía exudar cierto carisma que atraía a la gente hacer el. Donde quiera que fuera, quienes lo rodeaban escuchaban cada una de sus palabras, hipnotizados por su inteligencia y visión del futuro.

No fue ninguna sorpresa, entonces, que cuando empezó hablar sus palabras están llevan de perspicacia e inspiración Hablo sobre la cosa que había experimentado en la vida y las lecciones que había aprendido a lo largo del camino. Sus palabras parecían capturar la escancia misma de los que significa vivir en vida plena y significativa.

Para Adán expresar sus conocimientos era su manera de dejar un legado. Quería compartir el conocimiento que había obtenido a lo largo de los años, no solo con las personas que conocía, sino con cualquiera que quisiera aprender de él. Quería mostrarles las herramientas necesarias para el éxito. Proponiéndoles un mapa a seguir para alcanzar sus objetivos.

Las palabras de Adán estaban llenas de un profundo amor por la vida y por una pasión por ayudar a los demás. Aunque ya no esta, sus palabras siguen vivas por todas partes a quien mas las necesitaban. Su legado de amor y fortaleza continua vivo a trabes de sus escritos, un testimonio del poder de las palabras.