Tarde o temprano todos debemos pasar de nuestro estado natural a un estado espiritual.

¿Estamos listos? ¿Estamos preparados?

¿A qué tipo de mundo espiritual vamos a entrar?

¿Cielo o infierno?

Si hemos construido un manto espiritual puro pasaremos por las puertas del cielo.

Si hemos aumentado el peso de nuestra naturaleza caída a través de una vida pecaminosa no pasaremos por esas puertas y nuestro destino es un lago de fuego.

Jesús, el nuevo Adán abrió las puertas del paraíso para que sus auténticos seguidores entraran tras Él.

La gracia santificante puede superar el conflicto entre la carne y el espíritu, y Jesús es la plenitud de la gracia santificante. Podemos tener la gracia presente y activa en nuestras vidas siguiendo a Jesucristo porque 'Cristo es el único medio de la gracia'.

​​​​​​​Nuestra vestidura Espiritual está hecha de Gracia Santificante.