"Una mañana, sin que nada permitiera vislumbrarlo, Palomita, una bebé de dos años, no despertó. Estaba viva, pero no reaccionaba. Pia, su mamá, recibió la escalofriante noticia en el trabajo: Palomita no despierta. Así comienza esta historia, con ese cachetazo que a veces nos da la vida mientras estamos inmersos en lo cotidiano, olvidados de lo que de verdad importa. Correr al hospital, contactar a la familia, una batería de estudios que arroja el peor diagnóstico: un cáncer pediátrico agresivo que, de yapa, había dejado a Paloma ciega... ¿Cómo se sigue? Procesar, armar red, tomar decisiones. Todo parecía una película de terror. Pero Efecto Paloma no es eso. Al contrario, es una apuesta a la esperanza, a la fortaleza, a contabilizar los momentos duros de la vida como aprendizajes. Pia Gentile nos lleva de la mano para contarnos la historia de su hija, de cómo atravesó la enfermedad, de su mirada luminosa, de su alegría inextinguible. Y, también, su historia como mamá y como mujer: los desafíos, las crisis de fe, el cansancio, la incertidumbre, la esperanza, la posibilidad de reconstrucción. En estas páginas, Pia hace hincapié en las enseñanzas y, certera, apunta al objetivo: "Poder hablar de la muerte, nombrándola sin temor, me llenó de paz y me enseñó a amar y valorar más la vida. Descubrí que no quiero vivir con miedo a la muerte, sino con gratitud por la vida". Efecto Paloma narra el dolor, sin quejas; narra la angustia y los miedos, sin victimizarse, y nos muestra un costado poco visible: el de la felicidad posible en medio del dolor, el de las señales, los milagros" (Luz Santomauro).