Recibiste su visita. Sinuoso, majestuoso, algo tímido y muy sensual. Sí, era un gato negro. Se paró frente a vos, zigzagueó en el aire con su cola y luego se sentó. A partir de ese momento, su mirada y la tuya se hicieron una. Lo fuiste a acariciar, pero... simplemente se desvaneció.
Estabas soñando.
Pero no estabas soñando con cualquier cosa, sino que estabas soñando con un gato negro. Por lo tanto, tu sueño es siempre será... inolvidable.
Los gatos negros ​​​​​​​traen consigo mensajes que no podemos pasar por alto, porque soñar con gatos negros es una situación que tiene vida propia.
Ahora toca saber qué significó todo eso. ¿Por qué vino a visitarte? ¿Por qué a vos y no a otra persona? ¿Qué te quiso decir? ¿Qué estás necesitando saber de tu vida de manera imperante? Todo esto es lo que te voy a contar dentro. Nos vemos en un ratito...