Thuy, una niña de nueve años, aparece muerta en la Bahía de San Francisco. Según la policía, los responsables de este horrendo crimen son los hermanos Rennell y Payton Price. En el juicio por asesinato en el que se les acusa, el jurado dicta la sentencia sin lugar a dudas y muy apresuradamente: los dos hermanos deben ser condenados a la pena capital.

Después de quince años en el corredor de la muerte, a Rennell le quedan poco más de dos meses antes de que se ejecute la sentencia.

La abogada Paget, que ocasionalmente acepta casos pro bono, ha dedicado toda su carrera a luchar contra el abuso infantil y contra asesinos como Price. Pero esta vez se enfrenta a un verdadero caso de conciencia. Un cliente se acerca a ella y le revela que Rennell Price en realidad ha sido incriminado. El cliente le cuenta su historia con tanta determinación que la convence de que Rennell está a punto de ser ejecutado como un hombre inocente y que un abominable asesino sigue prófugo. Cuando el abogado se hace cargo de la defensa de Rennell, lo único que el hombre sigue repitiendo es "Yo no lo hice". Pero no basta con organizar una defensa eficaz para reabrir el caso y descubrir al verdadero responsable del asesinato de la niña. Teresa se lanza al caso ayudada por su marido Chris y su hijastro Carlo, que acaba de graduarse en Derecho en Harvard. Es una carrera contra el tiempo para intentar llevar el caso a la Corte Suprema, lo que conducirá a una conclusión conmovedora e inimaginable.