La gracia es un elemento de nuestra personalidad humana al que rara vez prestamos atención.

Pero preguntémonos: ¿Estamos en estado de gracia? ¿Está nuestro mundo en estado de gracia?

Ciertamente no. Por el contrario, nuestra humanidad, dondequiera que miremos, vive mayoritariamente en un vergonzoso estado de desgracia.

Lo único que podemos ver en todas partes son las mentiras de Satanás actuando a través de muchos de nuestros gobiernos, sociedades e instituciones.

Lamentablemente, en lugar de vivir en constante gracia, hasta ahora hemos vivido en constante desgracia.

Porque vivir sin Dios constituye tristemente la mayoría de las veces nuestro estado natural en este mundo.

Afortunadamente, existe un escudo contra todas estas tinieblas y se llama gracia santificante, la gracia de Dios.

En este breve ensayo el autor describe la importancia que tiene para todo auténtico seguidor de Cristo el construir diariamente la gracia santificante en sus vidas, porque vivir en gracia es vivir en la verdad.

En la medida en que hombres y mujeres se dejen infiltrar por la gracia, mediante la obediencia a la voluntad de Dios y la santificación de sus naturalezas humanas, recibirán el espíritu santo y la gracia de Jesucristo, y recuperarán su libertad perdida en este mundo y los milagros del amor y el servicio genuinos a los demás se multiplicarán en sus vidas.