Lachlan ha vivido en Francia desde que era pequeño. Con la ayuda de sus tíos, escapó de las garras de los cazadores de brujas que asesinaron a su madre. Pero, mientras que ellos regresaron valientemente a Inglaterra con nuevos nombres, él permaneció allí. Se puso a prueba su fe y encontró muchas carencias. A pesar de todo, decide regresar a su tierra natal. A Escocia y a los recuerdos que aún le persiguen. Con un apellido diferente espera que sea suficiente para mantener oculta su verdadera identidad.

Freya Cameron es la hija del terrateniente de Auldhame. No era más que una niña cuando los juicios por brujería en North Berwick estaban en su apogeo, pero conocía las historias bastante bien. Se preguntaba si las brujas eran reales o si los poderosos las utilizaban para librar al mundo de la gente a la que temían. Cuando conoce a Lachlan, su mundo da un vuelco. Él es reservado, y eso en sí mismo plantea preguntas, y ella está decidida a descubrir sus secretos.

Una vez desvelados, su corazón se encoge ante ese conocimiento. El amor no es algo que se pueda ignorar, y ella debe decidir si es suficiente para salvarlos a ambos.