Estimulado por la Corfo desde 1999 el sector cinematográfico se empresarizó incorporando objetivos como generar empleo a las propias del ámbito de la producción cinematográfica Desde entonces cada vez se hacen más películas chilenas y estas cada vez son más caras producto de una mayor ambición productiva de los nuevos costos laborales y del tradicional IPC

El sector se ha dinamizado y hoy se encuentra altamente capacitado luego de muchas experiencias y posee una fuerza de trabajo de nivel; pero más importante aún es destacar que ha resurgido un talento artístico reconocido a nivel internacional

En este escenario resulta urgente asegurar el flujo de capital para que este engranaje no se desmonte La relojería de la naciente industria del cine chileno requiere una visión sinóptica que asegure nuevos ingresos de capital y mayor demanda del producto a nivel doméstico De otro modo la hipertrofia e hiperplasia que están demostrando las películas chilenas implicará el eventual cierre de empresas que han ayudado al montaje que tenemos hoy como industria local y con ello la pérdida de la inversión hecha por el Estado desde 1999 en el sector cinematográfico Se cometerá pues el mismo error de los años 1949 y 1973 cuando los dos grandes proyectos de industria de cine nacional llegaron a su fin sin mediar por un lado una evaluación de lo hasta ahí invertido y por otro la necesidad de complementar dicha inversión con nuevas políticas públicas

Bruno Bettati en WHY NOT Sinopsis de una política pública para el cine chileno propone constituirse como un insumo fundamental para la política pública audiovisual y para la elaboración de futuros proyectos-ley