Natalie es una joven veterinaria que vive en Columbus. Su carrera va a las mil maravillas, pero siente que es hora de cambiar de escenario. Su novio, Kenny, la engaña y Natalie se da cuenta de que ya no puede vivir así. Por tanto, decide hacer las maletas y regresar a Port Ariel, una encantadora ciudad a las afueras del lago Eric. En su ciudad natal, Natalie encuentra a su padre, a quien siempre ha recordado como un hombre cariñoso y generoso, esperándola con los brazos abiertos. Es agradable reencontrarse con viejos amigos con los que pasar las mañanas charlando tomando un café. Redescubra la belleza de largos y relajantes paseos por el bosque que rodea el lago. Pero la atmósfera encantada de ese pequeño paraíso no dura ni un día. La hermana gemela de su mejor amiga, Lily, muere. Su cuerpo presenta una profunda herida en la garganta y junto a Natalie descubre una nota que le produce escalofríos. Los rumores en el pueblo comienzan a extenderse y las primeras investigaciones policiales sacan a la luz viejas historias de celos, resentimientos que nunca han disminuido y odios latentes desde hace mucho tiempo. Lo extraño es que el marido de la víctima, un psicólogo consagrado que tiene fama de ávido seductor, no parece sorprenderse en absoluto por el horrendo final de su esposa. Además, el padre de Natalie y el padre de Lily tienen más de una buena razón para evitar que se descubra su pasado. Pero el asesino continúa atacando y Natalie comienza a recibir inquietantes amenazas.