Para finalizar la trilogía, este tercer volumen nos plantea la problemática que se presenta a Pilar Tena Maroto, conocida en los títulos anteriores como Maripi, cuando se encuentra en la disyuntiva de tener que decidir ante las circunstancias de la vida. Ha sido madre y solo tiene dos opciones: dedicar mayormente el tiempo a educar a su hijo tal y como hizo su Abu con ella o dar vía libre a sus deseos profesionales de periodismo informativo en función a su promesa concedida al abuelo ausente. En cualquiera de ambas decisiones, su conciencia reclama siempre el asesoramiento de su Abu, quien, a pesar de su ausencia del mundo de los vivos, ejerce en todo momento de guía, asesor y faro de su adorada nieta. Su esencia y sus enseñanzas permanecerán siempre presentes en la conciencia de Maripi, que no hará nada sin antes formular la consulta espiritual. Los monólogos de ella interpretando las respuestas silenciosas del Abu son todo un compendio de lo que significó la relación entre ambos en tiempos pasados, justo cuando se cimentó la camaradería y la férrea complicidad naciente.