La progresión de la epidemia de diabetes hace prever que puede llegar a haber una mayoría de pacientes diabéticos en ciertos grupos sociales o etarios. Ciertamente, el conocimiento ha avanzado tanto que las alternativas terapéuticas se han multiplicado y diversificado, y hoy es posible elegir para cada paciente la mejor alternativa, a la medida de su necesidad; se han perfeccionado los métodos de seguimiento y monitoreo; se ha alargado la vida de las personas con diabetes y se ha favorecido su calidad de vida, y se ha mejorado la atención de las complicaciones y secuelas. En fin, ser diabético hoy tiene menos inconvenientes que los que tenía, pero hay dos áreas en las que estamos muy lejos del progreso: la prevención y la adherencia o el apego al tratamiento. La diabetes mellitus ha tenido un crecimiento acelerado en México, por lo que los profesionales de la salud deben poner más atención en su manejo íntegro, pues está demostrado que el abordaje integral aporta múltiples beneficios en el control de la diabetes. El fin de la atención integral de las personas con diabetes es mejorar su calidad de vida, mejorar la aparición de complicaciones y garantizarles el desarrollo normal de las actividades diarias.