La literatura es en sí misma una salvación. Las palabras duermen en los libros, escritas por alguien que un día quiso hacerlas despertar en nosotros. Al leer no solo salvamos la obra, sino que, estableciendo el contacto con el autor, salvamos la idea que un día el autor tuvo para nosotros, por lo que rescatamos, en el fondo, algo de nosotros mismos. Este libro es un poemario de treinta y dos poemas sobre el amor. Tiene setecientos ochenta versos contenidos en 3373 palabras dentro de un libro de cincuenta y siete páginas. La mayoría de los poemas son versos libres; sin embargo, hay en el poemario dos haikus, un terceto y un soneto que se presentan en un recorrido cronológico por mi vida, que no pretende ser una autobiografía poética.