La niña era feliz allí, donde había nacido. Su mundo era su casa y su casa era su mundo. Un día su cabeza alcanzó a mirar por la ventana y vio el vasto paisaje que se desplegaba más allá de los cristales. Sintió su llamada, quiso conocerlo. Un paso siguió al primero y así comenzó su aventura. Un viaje para conocer todos los rincones del mundo, incluidos las llanuras. Corren los sueños y las ideas o el lugar dónde se anclan las raíces de todo y dónde comienza y acaba la vida, que resulta ser el mismo punto. Recorriendo parajes extraordinarios como un bosque con forma de selva, o tal vez sea al contrario, el fondo marino o las profundidades de la tierra, conocerá seres y animales de todo tipo que le mostrarán el mundo. Un viaje en el que descubrirá también todo lo que guarda en su propio mundo interior. Una odisea apasionante de la que ni ella ni el lector volverán siendo los mismos.