La ciencia ficción soviética temprana resume, de algún modo, la vieja función de la literatura rusa en general, pero ya no con perspectiva presente, sino como prospectiva futura. Chejov, Tolstoi, Gogol, Goncharov, hacen de su literatura clases de historia y análisis social. Crean personajes que exponen problemas y representan tipos sociales de la realidad rusa. La ciencia ficción, por el contrario, no es un análisis Zde obstáculos aparentemente insuperables del presente, sino la construcción del deseo de aquello que debe ser y será. El mundo venidero, que aquí se acompaña con las dos "precuelas" con las que constituye una verdadera trilogía utópica, es ejemplo de esta función anticipatoria en una época de transformación social acelerada.