La poesía es quedarse en pelotas frente al cielo y el infierno. Hay lectores propensos a la risa, a esconderse, ellos nunca lo harán; otros, en cambio, buscan la belleza de carne y hueso o de ánima (salvarse o condenarse). O nada porque, a la postre, estar desnudos o vestidos debería ser algo más del yo mismo. Neopoesía es un intento fallido de no ser yo, no ser recuerdos, no ser lujuria, ni amor, felicidad o desamor, buscar por buscar; un intento fallido. Tras mi poemario erótico, Íntimos y Tocamientos, brotó Mañanitas y tocaba Tardes de grises, ya en el tintero. Pero me salté el orden, en la vida de cada cual, cada cual es su propio dios. Si es que Dios existe, si de existir, nos deja.