Todo comenzó cuando activé el panel de liberación en la cápsula de contención, sin más intención que calmar la inquietante soledad que me envolvía en la fría y desolada estación espacial Épsilon-9.

El panel de liberación que presioné no fue un error, porque quizás si no lo hubiese hecho, nunca habríamos descubierto el verdadero propósito de nuestra misión ni la razón de mi presencia en este enigmático lugar.

«No despiertes a los Sector-7.

Los Sector-7 también son peligrosos, están contaminados.»

Nunca entendí completamente ese aviso en el registro de seguridad hasta que sus ojos se abrieron. Solo entonces comprendí que era demasiado tarde para retroceder.

Me encontraba atrapada en la mirada de esos ojos extraterrestres.

Él me había atrapado, y yo... deseaba ser su prisionera de nuevo.