¿Descubriste ya la Consciencia Universal? ¿O le llamas Dios? Este es un libro de contenido transpersonal y espiritual. Pero vivimos en un mundo con una ley de bipolaridad. No olvidemos a la ciencia. El científico tanto como los místicos usan, a su modo, las facultades creativas de su mente. El científico creativo comienza concentrando su atención sobre los elusivos hechos experimentales. Luego contempla las relaciones encontradas por él u otros que le precedieron y, finalmente, se introyecta en busca de conclusiones, y en espera de aquel destello de intuición que según su desarrollo lo guiará fielmente hacia los auténticos descubrimientos, que, posteriormente, la ciencia aplicará eficazmente en vías del progreso de la humanidad. Por otro lado, el auténtico místico comienza con una sed inextinguible de conocimiento. Él quiere simplificar y unificar la confusa multiplicidad de la existencia. Aspira hacia una verdad y unidad final que solamente difiere del científico en sus objetos de investigación, que son diferentes. Su interés principal se enfoca en el mundo interior y consciencia, sosteniendo que es este el factor primario sin el cual no podríamos percibir el mundo exterior. Y también enfoca su atención en su propio cuerpo físico, que también toma presencia sobre el mundo exterior del científico, porque los órganos de los sentidos físicos son las únicas puertas que permiten percibir aquel mundo en que vivimos. Ambas experiencias son trascendentales y se complementan en el conflicto que cada hombre soporta, tras el logro de una verdad que justifique y unifique la existencia.