«Lo bueno, si breve, dos veces bueno» dice la máxima de Gracián. Farias Bueno inscribe su Momentos de reflexión. Búscate a ti mismo y te amarás, encuéntrate y serás feliz en esa tradición que —en una frase— recoge lo que muchos discursos demoran horas en decir. El esfuerzo por decir mucho con pocas palabras es evidente, pero es más loable tal característica cuando está investida con una intencionalidad discursiva que ilumina el camino de los lectores brindándoles, además de luces, herramientas para forjar su propia armadura ante la senda que deben recorrer.

En estos tiempos de instantaneidad, los aforismos del autor se revelan como un flash que capta la prisa de la vida y el valor del tiempo.