¿Qué impulsa nuestro mundo personal y nuestra vida?

¿Nuestra voluntad? ¿La voluntad del mundo? ¿La voluntad de Dios?

¿Son estas tres voluntades mutuamente excluyentes?

Ciertamente podemos trabajar al unísono con la voluntad de Dios, pero la voluntad del mundo por su naturaleza rebelde y oscura está diseñada para imponer sus instrucciones en nuestra voluntad y lo hace la mayor parte del tiempo.

La voluntad de Dios es nuestra santificación para que podamos llegar a ser cada día más como Cristo, pero la voluntad del mundo es nuestra separación de Dios porque la voluntad de Satanás la ha corrompido.

Nuestro mundo está lleno de mentiras difundidas por Satanás, "el padre de las mentiras", para llevar a todas las almas de hombres y mujeres a la oscuridad y la desesperación.

La guerra espiritual en la que estamos inmersos no es una batalla de armas sino una batalla de voluntades.

Los poderes actuales de este mundo que son seguidores de Satanás, están tratando de controlar el libre albedrío de la humanidad.

Cuando nuestra voluntad humana sea iluminada por la voluntad divina transmitida a nuestros corazones por el Espíritu Santo, nuestras almas humanas y nuestras vidas serán dirigidas de manera constante y segura a través de la oscuridad de este mundo, y también podremos difundir esta luz a otros para ayudarlos en su camino.