LA ISLA DE LOS MALDITOS

ebook GUERRA

By PETER KAPRA

cover image of LA ISLA DE LOS MALDITOS

Sign up to save your library

With an OverDrive account, you can save your favorite libraries for at-a-glance information about availability. Find out more about OverDrive accounts.

   Not today
Libby_app_icon.svg

Find this title in Libby, the library reading app by OverDrive.

app-store-button-en.svg play-store-badge-en.svg
LibbyDevices.png

Search for a digital library with this title

Title found at these libraries:

Loading...

Al sur de Banikoro

William McCarey, Bill para los amigos, estaba tratando de desenredar el sedal de la caña de pescar, fumándose un puro enorme, al extremo del deteriorado malecón colonial, en la mini isla de Bogango, y fue el primero en ver el avión japonés de bombardeo, volando casi a nivel del agua, surgir por detrás del Tom Faldo's Promontory.

—¡Cuernos! —barbotó Bill, soltando caña, sedal, puro y alguna intraducible interjección—. ¡Los «nips»!

En el camuflado bungalow, en el lindero de la jungla, entre palmeras, cocoteros y mangles subtropicales, alguien empezó a gritar y a disparar al aire. Y en el barracón-cocina, Andy Tuscoe, el cocinero indio de Wyoming, con las trenzas seguramente de punto, saltó entre cazuelas y sartenes para hacer sonar la asmática sirena de alarma. No lo consiguió porque alguien había introducido unos calzoncillos en el aparato y el pitido seguía siendo ahogado, jadeante y sordo.

El avión japonés era un «Mitsubishi» de bombardeo, que nadie comprendió qué estaba haciendo en aquellas aguas. Pero, evidentemente, llegaba a Bogango con dificultades, puesto que al entrar en la rada perdió la escasa altura que llevaba, rozó las olas, se ladeó de estribor, precisamente donde mostraba el impacto de la artillería naval estadounidense, y fue a incrustar el morro en la playa, estremeciéndose no sin mucha fuerza, para quedar varado, cual gaviota exangüe, a menos de cincuenta metros de donde dormía a pierna suelta, ajeno al mundo y a la eternidad, incluso a la desconocida guerra, el sargento Jack Dolan, quien se recuperaba así de la descomunal borrachera que agarró la víspera.

LA ISLA DE LOS MALDITOS