Perdiendo El Reino de Dios por Nuestros Pensamientos, Palabras y Acciones

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By Fernando Davalos

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Ser sincero en pensamiento, palabra y acción es ciertamente un desafío difícil para todo ser humano, pero ciertamente es una forma de vida que nuestro mundo necesita con urgencia.

Todos los seguidores de Jesucristo deben considerar que, si no somos sinceros en nuestro pensar, sentir, hablar y actuar en conjunto, podemos perder el reino de Dios.

Porque ahora mismo lo único que ha ganado nuestra humanidad es un mundo material en confusión y oscuridad en el que abundan los actos voluntarios malvados.

Podemos engañarnos tanto como queramos pretendiendo que con nuestros pensamientos, palabras y acciones estamos siendo sinceros. Aun así, no podemos engañar a nuestro Padre celestial quien conoce nuestros pensamientos, palabras y obras y que son para Él junto con nuestro comportamiento y nuestras interacciones en este mundo, la evidencia de nuestra fe o desconfianza en Su hijo Jesucristo y Sus enseñanzas.

Para ser verdaderamente justos debemos obedecer la voluntad de Dios; de lo contrario, nuestros pensamientos y palabras conducirán a acciones externas egoístas.

Y sí, cuando pecamos, pecamos en pensamiento, palabra y acción, como afirmó Santo Tomás de Aquino.

Jesús encarna la integración de palabras y obras: su palabra va de la mano de su obra. En esta tierra, sólo Jesús ha manifestado una perfecta unidad de pensamiento, palabra y obra, y nos invitó a imitarlo como Él mismo estaba imitando a Su Padre en el cielo.

Sólo así la armonía y la sabiduría podrán regresar a nuestro mundo sufriente.

Perdiendo El Reino de Dios por Nuestros Pensamientos, Palabras y Acciones