Gertrudis de Avellanea publicó y estrenó gran parte de su obra -integrada por narrativa, poesía y teatro- en España, y como dijera Zorrilla (2008) “vino de Cuba, su patria, precedida de naciente reputación” . Pero en la península siempre fue “La Peregrina” , seudónimo que ella misma eligió para sus primeras publicaciones líricas. La obra que presenta en esta edición es una muestra representativa de sus comedias románticas. Escrita en verso , “La hija de las flores o Todos están locos” (1852) es una de las obras más aplaudidas de La Avellaneda. Una intriga excitante, en la que se mezclan amor, violencia, celos y deseos de libertad, nutre la comedia llena de situaciones delirantes; los desmayos reiterados de Inés, la declaración de amor de una mujer (Flora) a un caballero (Don Luis), la forma hiperbólica en los diálogos que combinan la expresión refinada, a veces cursi, con el lenguaje popular y vulgar, trazo cómico de los caracteres sociales, entre otras invenciones dramáticas. La intriga, nuevamente, es el motor de la acción de la fábula dramática, el mundo de lo real está habitado por personajes que ignoran lo que otros saben y esto les hace parecer locos.