En tiempos pasados, la poesía hablaba con sus propias palabras, poseía su propia sabiduría, pero ¿puede este antiguo arte poético superar las dificultades del alma moderna? Surgió un volumen sagrado sin igual: un libro conocido como el Nuevo Testamento. Aunque nació de las Escrituras, no se limitó únicamente al ámbito religioso. Fue una guía para los cansados, un espejo para quienes buscaban y una voz para los que no eran escuchados.

Este libro no se limitaba a predicar, sino que reflexionaba poéticamente. Planteaba preguntas audaces que resonaban en las profundidades de la fe: ¿Mora Dios aún entre nosotros? ¿Qué es la fe en una era de duda? ¿Qué papel desempeña lo divino en la enmarañada red de la sociedad actual? Y más allá de estas, miraba al horizonte incierto, contemplando el destino de la humanidad.

En sus páginas, el lector encontraría versos poéticos que no rehuían el dolor. Hablaban de heridas ocultas y crudas: de abusos sufridos en silencio, de amores buscados en la oscuridad digital, de matrimonios puestos a prueba por el tiempo y la verdad. Exploraba las cargas del cuerpo y el espíritu: la lucha por la comida, la complejidad del deseo, el peso de las dificultades económicas, el ardor de la ira, la atracción de los compañeros y la sombra de la adicción.

Sin embargo, la poesía de Un Salmo del Nuevo Testamento no se limita a la humanidad terrenal; eleva su mirada a los reinos invisibles, explorando la presencia de los ángeles y la influencia de Satanás, y cómo estas fuerzas moldean el mundo terrenal. Trazó las vidas de Jesús y del apóstol Pablo, no como figuras legendarias lejanas, sino como arquetipos vivientes cuyos viajes aún conmueven el corazón de quienes buscan.

Lo más maravilloso de todo es que los capítulos finales, los del Apocalipsis, se transformaron en salmos líricos, cada uno numerado y nombrado, comenzando con el Salmo 151. Estas interpretaciones poéticas ofrecían claridad y gracia, permitiendo que la profecía se sintiera tanto como se entendiera.

Este libro no se lee simplemente, se experimenta. Desafía el alma, conmueve la mente y abre el corazón a nuevas dimensiones de la verdad. Es un puente entre lo sagrado y lo profano, lo antiguo y lo actual. Y así, querido buscador, la pregunta sigue en pie: ¿Te adentrarás en sus páginas y te adentrarás en las profundidades del Salmo del Nuevo Testamento, en un lenguaje poético antiguo?